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Creación de Comando COVID indígena en Loreto aterriza el Plan del Minsa para pueblos indígenas

El fallecimiento del líder yagua Humberto Chota realza la necesidad de actualizar las prioridades y pasar urgentemente de la prevención a la mitigación en las comunidades nativas.

Publicado: 2020-06-09


Ayer, 8 de junio, se firmó en Iquitos el acta de creación del Comando COVID-Indígena para la implementación del Plan del Minsa para los pueblos indígenas en Loreto. La propuesta fue trabajada por los representantes de diversas federaciones indígenas de Loreto en ajuste con la GOREL y el Ministerio de Cultural. El documento, firmado por los ministros de Salud y Cultura, el Gobernador Regional y los representantes de las federaciones indígenas, establece la participación de cuatro dirigentes de federaciones, ORPIO-AIDESEP, CORPI-AIDESEP, CONAP Loreto y ORDEPIAA, quienes recibirán del Gobierno Regional de Loreto las facilidades logísticas para coordinar las actividades y dar seguimiento a la implementación de las acciones frente al COVID para pueblos originarios. La dirección del Comando COVID-indígena está a cargo de ORPIO_AIDESEP y la secretaria técnica a manos de La Diresa-Loreto.  

El Plan de Trabajo presentado contempla el involucramiento de los agentes comunitarios en salud indígenas y el despliegue de 25 brigadas que llevarán medicinas, materiales y profesionales de salud hasta las comunidades. Finalmente, el documento puntúa que “el gobierno nacional deberá gestionar los recursos para su implementación”.

Las federaciones indígenas celebraron el gran avance alcanzado por el acuerdo con el Ejecutivo al mismo tiempo que expresaron su luto por el fallecimiento del apu Humberto Chota, presidente de la Federación de Comunidades Nativas Ticunas y Yagua del Bajo Amazonas (FECONATIYA), base de ORPIO-AIDESEP. Chota falleció el domingo pasado, 7 de junio, víctima de la actual falta de profesionales de salud, medicinas y oxígeno que azota a las comunidades afectadas por la pandemia. Si el refuerzo al primer nivel de atención en las comunidades hubiese sido priorizado desde el inicio de la cuarentena, hace tres meses, tal vez él no hubiera muerto.

Miguel Chota, hijo del dirigente fallecido, relató la situación de desamparo en que los pobladores de la Comunidad Nativa de Nuevo Jesús de Praga, distrito de Ramón Castilla, se encuentran ante la expansión del coronavirus. Son tantas las personas que presentan síntomas de la enfermedad, que saldría más a cuenta contar a los que no están enfermos. En las últimas semanas gran parte de las familias han registrado episodios de fiebre, pero la comunidad no cuenta con un puesto de salud ni personal para atenderlas y aplicarles pruebas rápidas. El establecimiento de salud más cercano se encuentra en el centro poblado de San Pablo, a una hora de navegación. Los pobladores confían en las plantas medicinales, malva, mucura y sacha ajo, para controlar la evolución de los síntomas, pero para tratar los casos más severos se ven obligados a movilizarse por cuenta propria hasta San Pablo.

Fue así como el viernes 5 de junio, cuando el apu Humberto Chota presentó severos problemas respiratorios, su hijo lo condujo en bote a San Pablo, pero el Centro de salud, IPRESS 1-3, de San Pablo, también se encontraba desabastecido. Solo contaban con un poco de oxígeno, que se acabó demasiado rápido. Con el apoyo de una ONG, Miguel emprendió una travesía de dos días para llegar primero al centro de salud, IPRESS 1-4, de Caballococha, principal establecimiento de la zona, donde tampoco encontró oxígeno; y después, al Centro de Santa Rosa, IPRESS 1-3, en la frontera con Colombia y Brasil, donde sí pudo comprarlo, pero debido a que ya era domingo, día de cuarentena con tránsito restringido, no pudo regresar a socorrer a su padre a tiempo.

“La lucha de mi papa era que cada pueblo indígena tenga su territorio con titulación. Era una lucha contra los que no tenían conocimiento de los derechos indígenas, para que todas las personas, ya sean yagua, ticuna o bora; tengan la misma igualdad de todos. El no quería que uno sea menos y el otro más. El quería que todos seamos iguales.” (Miguel Chota)

La muerte del apu es una pérdida invaluable. Su conocimiento de los pueblos yagua y ticuna lo motivaban a luchar por la titulación de las Comunidades Nativas poniendo en acción estrategias propias que beneficiaban a todas las familias. A lo largo de los años ha logrado la titulación de varias comunidades en las que ha residido. Nuevo Jesús de Praga, su última residencia, todavía se encuentra en proceso de titulación. La pequeña comunidad está ubicada en el río Mayoruna que desemboca en al Amazonas, pero también está conectado a la cuenca del Yavari. Abarca un circuito hidrográfico precioso y estratégicamente posicionado. Los pobladores tienen muchos testimonios sobre la presencia de pueblos aislados que circulaban por la zona hasta hace pocos años. Si el COVID-19 llegase hasta ellos, se teme que el impacto de la pandemia podría extinguirlos.

La creación del Comando COVID-indígena en Loreto ha sido acordado tres meses después del inicio de la cuarentena a nivel nacional, cuando gran parte de las comunidades y centros poblados del distrito de Ramón Castilla ya manifiestan síntomas del COVID-19. Como muestra el caso de la CCNN de Bellavista Callaru, donde fueron aplicadas pruebas rápidas dos semanas atrás, la taza de infección estimada era de 70% de la población. Sin embargo, no sabemos cuántos días o semanas más se necesitará para que las brigadas de salud lleguen efectivamente hasta todas las comunidades llevando las medicinas, el oxígeno y los materiales que requieren ahora para salvar la vida de las personas de alto riesgo.

El “Plan de Intervención del Ministerio de Salud para Comunidades Indígenas y Centros Poblados Rurales de la Amazonía frente a la emergencia del COVID-19” fue aprobado por el ejecutivo con un presupuesto de 88 millones de soles el 21 de mayo, hace veinte días, pero todavía no se ha traducido en acciones concretas en las comunidades debido a las dificultades burocráticas y la situación general de desabastecimiento de medicinas, materiales y profesionales de salud que afecta al país. Dicho plan fue elaborado en los ministerios, en abril, en Lima, cuando la prioridad era prevenir la llegada de la enfermedad; pero a cada día que pasa, se vuelve cada vez más anacrónico: ya no corresponde a las necesidades actuales.

La creación del Comando COVID-indígena en Loreto es un paso muy alentador para permitir ejecutar el Plan del Minsa, aterrizarlo en las comunidades y actualizarlo. Si se continua con la lógica de la prevención a través de los agentes comunitarios en salud indígenas, como plantea originalmente el plan del Minsa, el Comando COVID-indígena no logrará superar el desfase temporal ocasionado por los meses de demoras administrativas y continuará exponiendo a los agentes comunitarios en salud indígenas a encarar el contagio masivo en las comunidades sin protección, ni instrumentos de mitigación, ni información adecuada. Los mensajes informativos producidos bajo la asesoría del Ministerio de Cultura, todavía no están llegando a las comunidades.

Es necesario entregar urgentemente material de bioseguridad, oxígeno y medicina a los agentes en salud comunitarios indígenas y contratar a médicos, enfermeros y técnicos que estén permanente disponibles en los establecimientos de salud en, o cercanos, de las comunidades. Es decir, se requiere priorizar los establecimientos de salud IPRESS I-1 y IPRESS I-2 y algunos IPRESS I-3. Las brigadas de salud del Comando Covid-indígena no pueden estar concentradas en las IPRESS 1-3 y IPRESS I-4, que corresponden a los Centros con policlínicos y hospitalización en los poblados y ciudades mestizos, distantes de las comunidades nativas. La población indígena de las comunidades no dispone de medios y gasolina para poder llegar hasta esas IPRESS I-3 y I-4, y en caso de los tuvieran, las personas que trasladan a los enfermos no tienen dónde quedarse ni cómo alimentarse en dichos poblados. Además, existe el temor de que sufran discriminación.

En cambio, si se logra establecer una parte importante de las brigadas de salud en las IPRESS en, o cercanas, a las comunidades será más ágil el atendimiento efectivo y el apoyo a los agentes en salud comunitarios indígenas, de tal manera que las brigadas de salud puedan movilizarse rápidamente y trasladar a los pacientes con complicaciones graves a los establecimientos de salud adecuados. La presencia directa de las brigadas en las Comunidades Nativas también es necesaria para evitar la discriminación contra las poblaciones indígenas, que desafortunadamente suele suceder entre los mestizos. Que la trágica búsqueda de oxígeno y atendimiento del apu Humberto Chota y su hijo no sea olvidada.

“Nosotros los yagua tenemos muchos conocimientos, nos curamos con medicina vegetal, pero a mi padre le llegó muy fuerte. No tenemos puesto de salud por eso hemos tenido que llevarlo a mi padre a San Pablo, pero allí no había oxígeno ni personal especializado. El oxígeno se ha acabado muy rápido. Mi padre era un hombre que dio mucha batalla contra la gente foránea que quería quitarle sus tierras los nativos. El nunca lo permitió. Ha luchado por todos los pueblos” (Miguel Chota)

Se espera que mañana, 10 de junio, se aprueben el Plan de Trabajo elaborado por el Comando COVID-indígena de Loreto y normas de carácter nacional y regional para su instalación. También se espera que esta iniciativa sea replicada en otras regiones de la Amazonía peruana para continuar fortaleciendo la coordinación entre las federaciones indígenas, los gobiernos regionales y el Ejecutivo, actualizar el Plan de Intervención del Minsa a la situación actual de cada distrito y brindar ayuda urgente a todas las comunidades Nativas y centros poblados, sin excepción, puesto que el virus ya se encuentra en o a las puertas de todos ellos.



Escrito por

Luisa Elvira Belaunde

Antropóloga


Publicado en